Desde el Partido Pirata creemos que esta situación no se arregla reformando superficialmente un sistema podrido hasta la médula, se deben desbaratar los servicios de inteligencia y abrir los archivos para que se pueda hacer lo mismo con el crimen organizado relacionado a estos.
Con la salida de Héctor Icazuriaga, Francisco Larcher y luego Antonio Horacio Stiuso de la SI (ex SIDE) para quedar en manos de Oscar Parrilli, ex secretario general de la presidente y de su íntima confianza, y Juan Martín Mena, de La Cámpora, se acaloró una guerra que ya se venía dando detras de escenas entre el gobierno nacional y el sector de los servicios que responden a Larcher y Stiuso. Guerra de la que sería parte la denuncia de Nisman (cercano a Stiuso y de quien recibia información “en bruto”) y su muerte dudosa. Sin embargo en la SI aún queda gente de Larcher y Stiuso como Horacio Germán García y Alejandro Osvaldo Patrizio, ambos socios de Stiuso en sus andanzas.
La vieja cúpula de la SIDE, se sospecha hace tiempo, tiene íntimas relaciones con la trata, el narcotráfico y la extorsión de jueces y fiscales mediante los famosos “carpetazos”. Aún así este gobierno se valió de sus servicios para vigilar las actividades de políticos opositores, organizaciones sociales y periodistas durante todos estos años y sólo en 2013, sospechando que Larcher operaba para Massa, empieza a alejarse en favor de Cesar Milani y su inteligencia militar.
Ahora el gobierno pretende acallar los reclamos de la disolución de los aparatos de inteligencia haciendo algunos cambios cosméticos a la SI mientras se mantiene el problema de fondo, un abanico de servicios de inteligencia (la SI, el Cuerpo de Informaciones de Policía Federal, Inteligencia de Gendarmería, del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea) sin ningún control real, con un presupuesto gigantesco que usan discrecionalmente y sin rendir cuentas a nadie, que no cumple otra función que espiar, extorsionar y operar para el gobierno de turno.
Lo más preocupante de todo esto es que el gobierno avanza en su plan de espionaje interno de la mano de Milani que en estos últimos años ha recibido cientos de millones y estableció un comando de “ciberdefensa” con equipos de última generación comprados a Alemania, a la vez que entrena a su personal para el espionaje digital. La AFI (futura SIDE) quedaría bajo el control de éste y con acceso irrestricto a todos los datos masivos recabados por el estado: SIBIOS, SUBE, cámaras de vigilancia y Proyecto X.
¡Es inaudito, imprudente y repudiable que un militar acusado de torturar y asesinar esté utilizando el aparato de la inteligencia militar para hacer espionaje interno!